MIS ENEMIGOS
Sé que no hay gran cosa que pueda aportar sobre este tema. Hay miles de frases de las que se comparten en las redes sociales sobre lo importantes que son los enemigos, sobre lo triste que debe ser no tenerlos...
El caso es que yo tenía una enemiga. Una persona que no paraba de ver en las redes sociales y que yo, fiel, la seguía en todas ellas, increíble cuánto tiempo me podía llegar a quitar leerla, pero me encantaba y fascinaba. Todo lo que decía y escribía me parecía o ridículo, o risible, o peor aún, manida sucesión de tópicos gastados, rancios y pueriles ya.
Me hacía pensar y despertaba en mí miles de sentimientos, por ejemplo, si para otros mis cuentos y reflexiones serían igual de ridículas, y bueno, claro, para mucha gente lo serán.
Por otro lado me preocupaba, pues tenía muchos seguidores, y la gente la contestaba y la escribía comentarios, en los que estaban de acuerdo con ella... así que pensaba que los tópicos son fáciles de repetir, pero el caso es que ella se creía una abanderada de la verdad, marginada por la sociedad. Se sentía subversiva y a mí me parecía ridículamente sumisa a lo que se espera de una mujer.
Así que me era adictiva, estaba deseando que publicara algo nuevo, en serio, la seguía más que sigo a muchos de vosotros que me seguís a mi. La adoraba, en realidad, siempre me hacía reír, pues alguien con un hilo de razonamiento tan vulgar no puede despertar odio, igual que una planta, no enfada a nadie.
Otra de las cosas que pensé de ella fue que era un perfil falso, y también pensé que podía ser una persona que repetía tópicos sin parar, para haciendo sentir bien a quien le leyera, conseguir seguidores.
Es una estrategia como otra cualquiera, publicar sin fin argumentos propios de mucha gente, y así, haciéndoles sentir afirmados conseguir seguidores fieles, aunque ningún seguidor tenia más fiel que yo.
El caso es que algo pasó y cerró todo.
En serio, no dejó rastro. No volvió a publicar y yo, aún, nostálgica vuelvo a leer lo que ya me hizo reír una vez. La echo mucho de menos y es que una no sabe lo importantes que son sus enemigos hasta que los pierde.
El caso es que yo tenía una enemiga. Una persona que no paraba de ver en las redes sociales y que yo, fiel, la seguía en todas ellas, increíble cuánto tiempo me podía llegar a quitar leerla, pero me encantaba y fascinaba. Todo lo que decía y escribía me parecía o ridículo, o risible, o peor aún, manida sucesión de tópicos gastados, rancios y pueriles ya.
Me hacía pensar y despertaba en mí miles de sentimientos, por ejemplo, si para otros mis cuentos y reflexiones serían igual de ridículas, y bueno, claro, para mucha gente lo serán.
Por otro lado me preocupaba, pues tenía muchos seguidores, y la gente la contestaba y la escribía comentarios, en los que estaban de acuerdo con ella... así que pensaba que los tópicos son fáciles de repetir, pero el caso es que ella se creía una abanderada de la verdad, marginada por la sociedad. Se sentía subversiva y a mí me parecía ridículamente sumisa a lo que se espera de una mujer.
Así que me era adictiva, estaba deseando que publicara algo nuevo, en serio, la seguía más que sigo a muchos de vosotros que me seguís a mi. La adoraba, en realidad, siempre me hacía reír, pues alguien con un hilo de razonamiento tan vulgar no puede despertar odio, igual que una planta, no enfada a nadie.
Otra de las cosas que pensé de ella fue que era un perfil falso, y también pensé que podía ser una persona que repetía tópicos sin parar, para haciendo sentir bien a quien le leyera, conseguir seguidores.
Es una estrategia como otra cualquiera, publicar sin fin argumentos propios de mucha gente, y así, haciéndoles sentir afirmados conseguir seguidores fieles, aunque ningún seguidor tenia más fiel que yo.
El caso es que algo pasó y cerró todo.
En serio, no dejó rastro. No volvió a publicar y yo, aún, nostálgica vuelvo a leer lo que ya me hizo reír una vez. La echo mucho de menos y es que una no sabe lo importantes que son sus enemigos hasta que los pierde.
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