El interior

El joven aprendiz de médico miró el cadáver despedazado para su aprendizaje de un esclavo. Luego miró con atención el interior del Señor que intentando salvarlo a la desesperada había acabado igual de maltrecho que aquél que había servido para aprender.
Miraba el corazón, el hígado, los intestinos. Iba de uno a otro buscando la resolución de un enigma. El profesor que le vio le preguntó.
- ¿Qué te pasa?
- Miro el interior del esclavo y del Señor y son exactamente iguales. - El profesor, se encogió de hombros sin saber a qué venía la pregunta.
- ¿Entonces?  - siguió el aprendiz de médico - Si somos iguales ¿De qué dependen que unos sean esclavos y otros no?
- Eso solo depende de de quien seas hijo.

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