MIS ESPÍRITUS O MI LOCURA

No empezó en cuanto me mudé a mi casa, si no un poco después. Ese es uno de los argumentos a favor de que lo que pasa es que estoy loca.
Ya llevaba un par de años viviendo aquí, recluida, la primera vez que durmiendo la siesta los vi. Son un niño y una niña. Tienen el pelo rubio y rizado, los ojos negros, negros. Los dos me han mirado alguna vez directamente para sonreírme. Nunca están tristes, aunque a veces se enfadan uno con el otro. Son absolutamente encantadores. Este es otro de los motivos por los que creo que les produce mi locura ¿Qué clase de fantasma serían unos niños que sólo causan alegría a quien los ve?
Alguna vez he hablado a alguien de los niños con los que vivo. Unos me dicen que debería visitar a un psiquiatra, por si estoy loca. Otros me dicen que debo llamar a un vidente.
Ni una cosa ni otra. Si son producto de mi locura, lloraré amargamente que la cordura, pudiera costarme que desaparecieran. Si son espíritus no podré soportar saber que esas bellas presencias, tengan sus correspondientes cadáveres.
Así que así vivo, rodeada de mis jóvenes locuras o espectros. Paso horas y horas frente al televisor apagado, pongo la mente en blanco, y entonces vienen. A veces ríen mientras ojean tebeos, otras juegan entre sí, otras cada uno por su lado.

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