No sé ni cómo hablar de tí

No sé como hablar de ti, no sé como podría llegar a herirte lo suficiente, como podría hacerte llegar el desprecio que me mereces. No sabría cómo hablarte, no sabría el explicarte el miedo atroz que me da que la presión social me lleve a ser alguien como tú, entonces recuerdo. Estoy fuera de peligro, soy pobre, soy una nueva pobre. No me gastaré nunca cien euros en una crema antiarrugas, nunca tendré un diamante, nunca tendré un mercedes, por que nunca tendré suficiente dinero como para justificarme tirarlo así. No debo tener miedo a traicionarme a mí misma y ponerme un día unas tetas de silicona, simplemente por que nunca tendré tanto dinero para tirar como dinero cuesta esa operación.
No seré tú, no me pareceré a ti. Tendré para siempre que buscar el placer en ser yo misma, en reírme con mis amigos mientras tomo una cerveza, la diversión de subir una escarpada montaña, la satisfacción de una buena conversación, el goce incomparable de encontrar un libro que me guste.
Estoy a salvo, la pobreza me mantiene a salvo de tu frivolidad, de tu vacuo espacio en el mundo. Tú, sigue al abrigo de una apariencia, sigue cultivando una carcasa, una capa exterior, sigue haciendo cada vez más bonito el inservible envoltorio que meterán en el ataúd. Ya no tengo miedo a parecerme a ti, mi hipoteca, y mi exigua fuente de ingresos – mi capacidad de trabajo – me mantendrán a salvo.
Yo, seré la que ría, tú, sigue a régimen, sigue odiando a la del espejo, sigue colgándole complementos, sigue gastando sin freno, en una frenética búsqueda improductiva, simplemente por que ni siquiera sabes qué debes buscar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL MAL ESCLAVO

LA SACRÍLEGA MUSA

1984