PEDIMOS DEMASIADO POCO

Creo, sinceramente, que pedimos poco. Que lo que pedimos, no lo deberíamos estar pidiendo. No creo que sea porque hayamos esperado demasiado, creo que es, porque nos han quitado mucho, de pronto. En una sociedad que dejó atrás la Revolución Industrial y el gran surgir del Movimiento Obrero (ha pasado mucho más de un siglo). No deberíamos estar centrando el debate sobre si los niños comen. Esa no debería ser una reivindicación, simplemente, porque es intolerable, simplemente que nos planteemos que no tengan para comer. El listado de nuestras peticiones al Gobierno son famélicas: - Que los niños coman todos los días - Tener una casa para vivir - Tener un trabajo para pagar nuestras deudas - Que no nos puedan despedir por estar enfermos - Un largo etcétera Detrás de estas peticiones hay algo mucho peor: - Los niños no están comiendo todos los días. Ni siquiera pedimos que coman los adultos - Hay gente que está viviendo en habitaciones de pisos de familiares y amigos - Ni siquiera pedimos dinero para una vida digna, sólo para comer y pagar las deudas - Ahora nos pueden despedir si enfermamos. Me quedo sin palabras para poder dar una conclusión a tan insigne cuestión. Debemos darnos cuenta que lo que pedimos es tan básico, como no morir de frío cuando vuelva el invierno por estar viviendo en la calle. ¿Qué es esto? Cuando nos desgañitamos pidiendo cosas, por las que hace menos diez años, donábamos dinero para el tercer mundo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL MAL ESCLAVO

LA SACRÍLEGA MUSA

1984