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Mostrando entradas de 2016

EL PAQUETE

Encendí la televisión y busqué desesperada casi, pasé por todos los canales, buscando algo que me ayudara a poner la mente en blanco, sin éxito. Luego me paré frente a la librería, algún libro habría que me apeteciera releer o que, olvidado en algún momento en la estantería pudiera leer esa tarde. Nada, encendí el ordenador, la redes sociales me entretuvieron muy poco. Las aplicaciones del móvil que proporcionan mensajes sin parar tampoco lograran que yo ocupara el tiempo. Miré el reloj, aún las seis de la tarde. Posé con indiferencia mis ojos en los libros de los apuntes de químicas. Esa mañana me había presentado a la oposición para profesora de secundaria de esta asignatura y me había quedado como vacía. Antes del examen yo estudiaba, llevaba dos años estudiando, ahora ¿Qué iba a ser de mí? Siempre había pensado que mi mayor problema sería no sacar una plaza, aunque fuera de interina, pero estaba resultando que lo malo era enfrentarse al vacío del después al examen. Me tumbé en

EL CALCETÍN SOLITARIO

Le llamaba una y otra vez desesperado, no le importaba hablar muy alto, pues sabe que cuando los calcetines hablan nadie les oye. Ni siquiera otras prendas de ropa interior o de pies. Ni siquiera los leotardos oyen a los calcetines cuando desolados llaman a su hermano perdido. Sería demasiado doloroso para cualquier ser, moriríamos de pena si pudiéramos oír el lamento del calcetín que una vez tendido mira las demás cuerdas de la ropa y no ve a su pareja. Y es que son seres condenados al sufrimiento silente de los perdedores. De los que se rompen en la batalla y siguen luchando, de los guerreros. Tal era su dolor que no pudo reparar en el adolescente malhumorado y abochornado que le buscaba a él para hacerle desaparecer. Guillermo era un buen chico. De esos que se avergüenzan de los compañeros de clase que presumen de haber gritado a sus padres o que se escapan una noche entera sin avisar a nadie de a donde van, aunque luego no se pueden resistir de poner en las redes sociales de inte

CASTILLO

La señal sonó alta y clara, no había atisbo de duda posible, estaban atacando el castillo. Naturalmente salió sin ninguna intención de ponerse su armadura. No había tiempo, mientras su mujer se reunía con los hijos para acudir al punto más alto de la torre donde dormían, allí se resguardarían del ataque. Los enemigos estaban lejos, muy lejos, hacía décadas que aquella fortaleza no era fronteriza, los señores feudales de alrededor eran todos amigos, se suponía, pero claro estaba que no era así. Si no habían tomado las plazas cercanas pero se encontraban allí estaba claro que les estaban atacando supuestos amigos. Con la espada desenvainada se unió a sus soldados en la arena al lado del pozo. Les miró a los ojos, casi ninguno de ellos había luchado con él en las batallas anteriores, cuando había que eliminar al extranjero que venía a invadir. Había pasado mucho tiempo desde los gloriosos años en los que tomó aquella misma fortaleza. Asedió el castillo durante más de un mes así que no

CASTILLO

La señal sonó alta y clara, no había atisbo de duda posible, estaban atacando el castillo. Naturalmente salió sin ninguna intención de ponerse su armadura. No había tiempo, mientras su mujer se reunía con los hijos para acudir al punto más alto de la torre donde dormían, allí se resguardarían del ataque. Los enemigos estaban lejos, muy lejos, hacía décadas que aquella fortaleza no era fronteriza, los señores feudales de alrededor eran todos amigos, se suponía, pero claro estaba que no era así. Si no habían tomado las plazas cercanas pero se encontraban allí estaba claro que les estaban atacando supuestos amigos. Con la espada desenvainada se unió a sus soldados en la arena al lado del pozo. Les miró a los ojos, casi ninguno de ellos había luchado con él en las batallas anteriores, cuando había que eliminar al extranjero que venía invadir. Había pasado mucho tiempo desde los gloriosos años en los que tomó aquella misma fortaleza. Asedió el castillo durante más de un mes así que no e

LA SIGUIENTE CASA

Cuando vi la pintada hecha con sangre en el salón, lo primero que pensé fue que la había hecho un asesino, uno que probablemente siguiera allí y estuviera acechando para matarme, y tras ello, utilizar mi líquido vital para pintar en la siguiente casa.

LAS CADENAS DEL ESCLAVO

No se atrevía a hablar, pero movía las esposas una y otra vez ofuscado. Aquel castigo, tener que dormir con los pesados grilletes, era culpa de los alborotadores. Siempre pidiendo, siempre molestando. Por culpa de la última algazara que habían provocado, ahora todos debían aguantar a todas horas tan pesada carga. Un aro en la muñeca izquierda, y otro en la pierna derecha. Así se acostó, hablando alto, muy alto, para que todos le oyeran. Aquellas cadenas no serían necesarias si no hubiera algunos que intentaran continuamente revelarse para alcanzar la libertad. - Si tan valientes son que huyan – decía – en lugar de hacer revueltas que nos implican a todos. Alguno quiso replicarle que los rebeldes lo que querían era la libertad del pueblo entero pero no se atrevió. Era una locura, le tacharían de alborotador. Si lo pensó, desde luego era más fácil huir, el problema era donde. Salir de un sitio podía suponerle ser esclavo en otro, o peor, jornalero. Aquella noche fue especia

ME DA MIEDO MORIR

Me da miedo morir sin haber estrenado mi vestido más bonito, por no haber ido a una fiesta que lo mereciera. Me da miedo morir sin haber gastado la vela más romántica, por no haber tenido una cena lo bastante especial. Me da miedo morir sin haber convertido esta idea en poesía. Pero no me debe dar miedo morir sin cumplir mis sueños. Me debe dar miedo morir sin haber intentado cumplirlos.

PSICÓLOGA

No iba a ser la escritora más grande de todos los tiempos, eso estaba claro. Pero uno sólo de sus libros le había dado más dinero que me daría a mí nunca toda mi vida en la consulta atendiendo personas con enfermedad mental. No sabría decir si no me estaba molestando esta evidencia cuando me di cuenta que yo la conocía de algo, que me sonaba su cara, su nombre, e incluso su extraña forma de pronunciar la erre. Intenté recordar, entonces, surgió en mi clara la evidencia. Había sido paciente mía. Muy poco tiempo, vino por un problema para conciliar el sueño. Entonces fui, por mera curiosidad, a buscarla en mis archivos. Cinco sesiones, nada más, unas clases de relajación y ya. Sin embargo había un dato muy llamativo, algo que me llevó a plantearme a mí mi forma de ver la vida, mi forma de ayudar a los pacientes. Cuando ella me había dicho que quería ser una gran escritora, yo la recomendé que fuera más realista. Pero a la luz de la realidad está que para ella ser realista era ser una

BASURA

La semana pasada, vi por la calle a una pareja. Ella llevaba un niño en un carrito, él llevaba el carro de la compra. Eran las nueve de la noche. Se pararon frente a un portal y empezaron a buscar en la basura. Mientras el pequeño miraba indiferente. Al oír las historias de la gente que busca en los contenedores ¿habéis pensado alguna vez en lo que tiramos? eso es lo que tienen que separar de su comida. Esas personas comen el filete que hemos tirado entre los pañales sucios del bebé, o del abuelo. Esas personas beben la leche que hemos tirado porque te parecía que estaba rancia tras estar horas fuera del frigorífico. Y seguro que ellos tienen historias mucho peores de lo que han llegado a comer. Escribo desde Madrid. España.

FANTASMAS

Vivo en la comunidad de propietarios que salió hace unos meses en los periódicos. Un escape de gas, provocó una explosión, murieron quince personas. Yo no, yo estaba en el trabajo. La semana pasada acabaron de arreglarlo todo y pude volver a mi casa. Desde entonces, la verdad, es que he conseguido acostumbrarme a tropezar con los fantasmas de mis vecinos en las escaleras, el ascensor, el portal, los rellanos... les agradezco que no perturben la paz de mi hogar, ya que siendo espectros supongo que lo podrían hacer. Sin embargo sí tengo un reproche para ellos. No me molesta tanto que cuando les digo hola no hagan ni un gesto. Me molesta que me he fijado que entre ellos sí se devuelven el saludo.

LOS MUERTOS QUE VENCIERON

Cada uno de los compañeros muertos fue un gran dolor en mi corazón. Recordaba sus cuerpos en el campo de batalla y me estremecía una y otra vez. Pero cuando más dolor sentí fue cuando ganamos la guerra y supe que nunca se sabrían vencedores.

OTRO CUENTO MÁS

La escritora se afanó sobre el texto, lo escribió con delicadeza, despacio, y lo repaso con ahínco, casi deseando encontrar cada uno de los errores que fue corrigiendo. Llevaba ya meses, volcada, para que en su blog no faltara un relato semanal. - Nunca estuviste tanto tiempo tan entregada - le confesó uno de sus seguidores. Una persona a la que no sabía si conocía o no. Otro escritor novel que halló en el infinito mundo de internet. Le generaba una inquietud toda esa gente a la que nunca había visto, pero con la que había hablado, siempre sospechaba, si, al igual que ella, no eran reales. - Es que hay un cuento que no me gusta, lo publiqué en enero. Así que escribo sin parar para que quede lo más abajo posible, y así sea cada vez menos visible. Un blog, para quien no lo sepa, es totalmente libre. Pegas, despegas, quitas y pones entradas. - Descuélgalo entonces, si no te gusta. - Dijo el otro escritor, pensando, que un escritor en sus inicios, ni nunca, se puede permitir un mal pa

EL ESCRITOR

Él primero tenía la idea. Luego, paciente, entraba en internet, buscaba en los buscadores. Le aparecía alguien que había escrito algo parecido, algo igual. Lo dejaba. Así, llevaba años escuchando a las Musas, y desechando, paciente, todo sobre lo que ya se había escrito, hablado, filmado una película, hecho circular una leyenda. Aún, a día de hoy, no ha escrito nada.

LACTANCIA

Cuando estaba embarazada, o en algún momento de su vida, la arrancaron el pecho. Así, cada vez que veía como su vientre crecía y crecía sabía que su hijo estaba condenado a morir de hambre poco tiempo después de nacer. Ella, desesperaba frente a la idea, golpeaba cosas, lloraba, e intentaba dentro de sí dar algún significado a lo que sucedía, dejar de sufrir. Sin embargo, sucedió la inenarrable, lo horrible, lo que no debió suceder, y el niño nació. Nació con increíble facilidad. Desechando cualquier relato de dolor y angustia. No iba a ser capaz de imaginar su vida sin él. Pero no fue eso lo que acabó con ella. Le era insoportable oírle llorar de hambre. Así que a pesar de saber que no le serviría para nada, abrió sus venas. Sabiendo que de sangre no se puede alimentar a un recién nacido. Le abrazó fuerte, el niño rechazaba lo que la madre le ofrecía gritando. El hambre debe ser horrible cuando uno es un recién nacido. Entonces ella lloró con él. Y abriendo más la herida, encen

MIS ESPÍRITUS O MI LOCURA

No empezó en cuanto me mudé a mi casa, si no un poco después. Ese es uno de los argumentos a favor de que lo que pasa es que estoy loca. Ya llevaba un par de años viviendo aquí, recluida, la primera vez que durmiendo la siesta los vi. Son un niño y una niña. Tienen el pelo rubio y rizado, los ojos negros, negros. Los dos me han mirado alguna vez directamente para sonreírme. Nunca están tristes, aunque a veces se enfadan uno con el otro. Son absolutamente encantadores. Este es otro de los motivos por los que creo que les produce mi locura ¿Qué clase de fantasma serían unos niños que sólo causan alegría a quien los ve? Alguna vez he hablado a alguien de los niños con los que vivo. Unos me dicen que debería visitar a un psiquiatra, por si estoy loca. Otros me dicen que debo llamar a un vidente. Ni una cosa ni otra. Si son producto de mi locura, lloraré amargamente que la cordura, pudiera costarme que desaparecieran. Si son espíritus no podré soportar saber que esas bellas presencias, t

MIEDO

Entonces sentí miedo, y supe, por eso, que estaba haciendo lo correcto.

EL TIEMPO

Si a ella se la podía clasificar como traidora a la patria, a él se le podía clasificar como traidor a ella. Aparentemente, o eso quería pensar, aquello le dejaba a él como fiel a la patria. La conocía desde hacía décadas cuando llegó al castillo, en cuya torre ella era custodiada. - La dimos a elegir entre una muerte rápida - dijo el carcelero - o morir de hambre y sed en la torre. - Eso no tiene sentido, - dijo él, no dando crédito al carcelero que tan seguro de sí mismo hablaba - ella nunca hubiera elegido la muerte más lenta. Él lo sabía. Tuvo que plantearse un momento, sólo un breve instante, si le indignaba que el carcelero le mintiera así, o no. A fin de cuentas, ellos ya no eran amigos, ya no eran compañeros. No le dio tiempo a tomar una decisión. En ese momento las tropas traidoras, las tropas del bando de ella, tomaban el castillo. Él nunca llegó a entender por qué ella eligió la muerte lenta. El carcelero, cuando la vio salir victoriosa con sus secuaces, sí.

EL COMBUSTIBLE DE LOS ESCLAVOS

El tratante de esclavos, se estaba tomando muy enserio aquellas negociaciones. Eran tres en la mesa. El dueño de la fábrica, uno que no quería que tuviera esclavos, y él. Tragó saliva. El ambiente era tenso y el calor agobiante estaba haciendo transpirar cada poro de su cuerpo. Se hubiera querido aflojar la corbata, pero no lo hizo, hubiera dejado claro a su rival que estaba pisando por un terreno en el que no se sentía muy seguro. - Por último - decía el que no quería que en la fábrica se utilizaran esclavos - me gustaría que considerara que los robots, que yo le ofrezco, no se sublevan nunca. Es la mejor opción de todas. El tratante de esclavos tragó saliva, y se preparó para su alegato final. Se veía a él mismo trabajando de esclavo, le iba realmente mal, sin embargo, si aquél negocio de los robots seguía tan bien, no tendría sentido, pues todos serían sustituidos por máquinas. Cogió una manzana del centro de la mesa y la mordió. - Tengo algo que añadir a mi argumento anterior,

SUELDOS

Andrés abrazó a su prima Laura antes de sentarse a la mesa con ella. No le gustaba la situación, la comida de Adela era buena, era la comida de su infancia, pero sabía que no estaba allí por gusto. Estaba por pobre. Mientras la abuela acababa de llenar la jarra de agua, él preguntó como siempre. - ¿Qué tal el trabajo? Los ojos de Laura casi se llenaron de lágrimas: "mal, muy mal, horrible" A Andrés nunca le habían hecho cosas como las que le hacían a Laura, a lo sumo le habían despedido una vez injustamente, por culpa de un compañero que malmetió contra él. No pudo evitar sonreír un momento, quizá faltando con este gesto la angustia de explotada de su prima. Se le escapaba aquella mueca pues recordaba el relato de una chica que había conocido una vez bebiendo cañas. Había sido poco tiempo después de cortar con su novia. Esa noche, se encontró sólo con un amigo... esa no era la definición exacta. Estaba sólo con el único miembro de su grupo de amigos que había querido qued

DESAPARECIDOS

I Desde que se había inaugurado la exposición del genial pintor. Maestro de los retratos de grupos y multitudes, decenas de personas habían desaparecido. Todas ellas fueron vistas por última vez en la taquilla del museo. II El vigilante nocturno parpadeo un momento "debo estar volviéndome loco" pensó, le parecía que cada vez había más gente en los cuadros.

MARTILLO

Golpeaba la pared una y otra vez, una y otra vez. Cuando la mano le dolía del golpe continuo, cambiaba de mano, y seguía una y otra vez, una y otra vez. Se acostaba, dormía bajo la pared que golpeaba, despertaba, comía, y volvía a golpear. Las paredes, el suelo, el techo, eran lo único que conocía, nunca había estado fuera de esa habitación. Golpeaba la pared, pero no por qué quisiera hacer una ventana, no sabía qué era una ventana. Tampoco había visto nunca una puerta, ni se planteaba el misterio de la bombilla del techo. Alguna vez intentó alcanzarla, desentrañar su esencia, saltó incluso, para tocar aquella luz contra las blancas paredes. Pero estaba muy alta, y cejó en su empeño. Tampoco pensó nunca en el misterio de que la comida estuviera allí, cada vez que el despertaba. De niño, se dio cuenta que cuando dormía, al despertar, había comida, así que cuando tenía hambre, dormía. Siempre al despertar volvía a haber comida, así que la deducción era de lógica categórica, incl

LOS SUEÑOS Y EL MIEDO

Entonces sucedió, y se cumplió un sueño. Lo único que alcancé a ver entonces fue el miedo.

EL CUADRO

Naturalmente esta historia es mentira. Lo digo por que algunas personas que me conocen en la realidad, no en esta complicada ficción de internet, pueden tener tentaciones de pensar que me sucedió. Cuando eres trabajadora social, conoces a cientos de personas, y ves cientos de casas. No tenían ni hijos, ni sobrinos que les heredaran. En estas situaciones, siempre surge alguien que anda detrás de la herencia, o una buena persona (o ambas cosas a la vez) que cuida a los ancianos. Sin embargo, en este caso, no había nadie. Me reuní en exclusiva con ambos ancianos. Vivían en un semisótano húmedo y misérrimo. Cada objeto era testimonio de quien no ha tenido tiempos mejores. Todo evocaba la pobreza de los obreros que han pretendido prosperar trabajando. Revisé sus ingresos, eran realmente bajos, es prodigioso lo que hace a veces la gente con tan poco dinero. Indagué si les estaban dando de comer los vecinos, o recibían algún tipo de ayuda similar. Nada, parecía que realmente vivían de su p

VIAJE EN EL TIEMPO

Viajé en el tiempo, y descubrí que iba a ser una gran escritora. Sin embargo, no pude ver nada más. Lo lógico e inteligente, hubiera sido coger un ejemplar del libro que me lanzaría a la fama, antes de volver a mi época. Pero el estrés era mucho, ya que me sabía la primera viajera del tiempo. Así que me olvidé. Ahora resulta que encima del esfuerzo de viajar en el tiempo, de inventar la máquina, de conseguir que funcionara, de solventar todos los problemas que podían suponer romper el espacio tiempo, tengo que escribir la novela. Si es que siempre hago algo mal.

NEGOCIAR CON EL DEMONIO

Ella pensó en los horribles tormentos que el demonio guarda para sus almas. Lo sabía, lo pensó, sólo que un infierno de dolor le parecía menos que ver morir a su hijo por no poder pagar el tratamiento médico. Desechó en todo momento la posibilidad de que en la eternidad del infierno los ángeles caídos pudieran idear una tortura peor que la que ella vivía en ese momento. Así que decidió pactar con el maligno. Le ofrecía su alma a cambio de ser una de esas personas ricas que pueden salvar a sus hijos del sufrimiento y la enfermedad con dinero. Pero el demonio no quiso su alma. Si la hacía rica con dinero lo que tendría sería el alma de otro rico más, y de esas tenía muchas, él lo que quería el alma de algún pobre.

LA VISITA DE LAS MUSAS

Una vez más, la escritora novel (que dejó de ser joven antes de publicar) se presentó frente a su blog con ganas de escribir algo, de compartir algo con alguien. No sabía con quien compartía nada, era como cuando veía una película, o leía un libro. Dejaba que otra persona se comunicara con ella, sin saber quien era, ni que intenciones tenía con su obra. Igual, ella, lanzaba al mundo un mensaje más o menos trascendente, más o menos importante para ella, y esperaba que alguien lo recibiera. A veces colgar algo en internet es como lanzar un mensaje en una botella al mar. Así que cogió su cuaderno de notas, donde anotaba sus ideas para plasmarlas luego en un archivo de ordenador que nunca repasaría, o un blog que quizá nadie leería. Al sacarlo del cajón, tiró sin querer al suelo el cuaderno anterior. Ni si quiera lo abrió, lo miró con melancolía, decenas, por no decir cientos de cuentos, morían en esos folios, simplemente por que ella no tiene tiempo para escribir tanto como Las Musas le

YO SOY NOSOTRAS

"No cariño no te preocupes - le dije en medio de un suspiro - no ha pasado nada raro con el ordenador, el email que hay abierto de una tal Berta en nuestro equipo de sobremesa no es algo difícil de explicar. No ha sido un fallo del servidor, ni del correo electrónico, ni un virus ni nada de eso." "Esa tal Berta es la última de mis yoes" "Me inventé un nombre para escribir mis novelas y cuentos, incluso para el blog. Pasados los años, me inventé otro para ser activa en las redes con las causas humanitarias que he abrazado, y más tarde cree otra identidad para mis reivindicaciones más políticas" "Yo también creo que acabaré por no recordar ni siquiera sus nombres, son muchas ya. Así que nada cierra el email y entra con tu usuario." "O entra con el usuario que usas para los foros de baloncesto, o con el usuario que utilizas para la página de contactos que crees que no conozco. En la que crees que nunca he entrado, por que yo no utilizo mi n

LA MUERTE LIBRA DEL FRACASO.

Mi primer cuento lo escribí el año que aprendí a escribir. Así, directamente, causa y efecto, aprendí y realicé el cenit de la actividad misma. Luego, más tarde, en la adolescencia, tras años sin llevar al papel las historias que inventaba, abandoné mi diario sin abandonarlo. Continúe con él, pero ya no describía mi vida, lo que me sucedía, si no lo que imaginaba cuando soñaba despierta. Escribir es lo que me define, es la actividad que me diferencia, es aquello que hago a cambio de nada, es mi identidad más secreta y más íntima. Durante años no me he atrevido a presentar mis escritos a editoriales, a concursos o simplemente a mi familia y amigos. Me aterra que no guste. Fracasar como escritora sería el "no" más definitivo que puedo recibir, el más doloroso. Pero he decidido que la muerte me librará de enfrentar tal mal. Simplemente, por que siempre habrá alguna editorial que aún no ha contestado, algún caza talentos que aún no ha leído mis páginas, algún suceso que me

MIENTRAS, ENTONCES

Mientras sonreía recordé que odiaba mi trabajo, que estaba agobiada por la hipoteca, que ya no quería a mi marido, que estaba cansada del vacío vital que rellenaba comprando. Entonces volví a mirar el bosque desde lo alto de la montaña, oí a unos niños que jugaban en el merendero y volví a sonreír. Mientras sonreía olvidé que hacía años que no quería a mi marido, que me agobiaba la hipoteca, que tenía un vacío vital que llenaba comprando. Mientras sonreía recordé lo maravilloso que es mirar una montaña desde arriba, recordé el ruido de niños jugando y seguí sonriendo.

LA LUZ DEL SOL

Desde hace siglos es sabido que el sol sólo sale para un humano cada vez, pero que su luz nos alumbra a todos.

TODA LA VIDA

Como editor casi todos los días recibía varios penosos manuscritos. Se me caía el alma a los pies, sobretodo, cuando recibía un libro de cientos de hojas, un trabajo hercúleo, y descubría lo que yo llamo "plagio involuntario" ¡pasa tanto!. A uno se le viene una idea genial a la mente, maravillosa y resulta que alguien ya ha explotado ese mismo argumento hace siglos, décadas o años. Pero hubo una vez que recibí un gran libro, una gran idea, un gran desarrollo, bien documentado, bien depurado en cada detalle. Con cientos de cosas mejorables, pero marcadamente trabajado. Quise entrevistarme con la autora, por su puesto. Imaginé que sería una chica joven que acabados los estudios se había tomado un tiempo para escribir dando lugar a esa maravillosa obra. También podía ser una jubilada que igualmente había empleado unos años a trabajar la literatura. No tenía ninguna referencia de ella cuando la cité en mi despacho, y cuando entró tuve que pestañear. No cumplía ninguna de mis e

LA EVIDENCIA CIENTÍFICA

Fue en 2035, lo recuerdo perfectamente, por que fue el año que acabé de pagar la hipoteca. Era un gran momento, algo que merecía invitar a los amigos a una ronda de cerveza y a los familiares a una comida. Merecía salir con los hijos y el marido a comer a Segovia, o más lejos, a algún sitio donde hubiera que hacer noche. El momento había llegado, por fin la inversión ruinosa se desvanecía, por fin nuestro dinero era nuestro, limpio, destinado a comer y gastos ineludibles (fijos). Sin embargo, hubo algo que me indigestó el bocado, algo que me devolvió a mi naturaleza humana. Igual que la mala inversión de mi domicilio me arrastró a la peor de las consecuencias de ser humano: el hecho de cometer errores, ahora otra cosa, me desvelaba el dolor de ser uno de los míos. La misma mañana que pagué el último de los plazos de la hipoteca se abrió un antes y un después en la historia de la humanidad. Mi hijo, mirando el televisor, atónito frente a la noticia decía: "el nuevo año cero, una